El Mercedes-Benz SLS AMG es un cupé biplaza de tracción trasera que está disponible por 201.000 €. El transporte hasta el concesionario se hace en el interior de un camión cerrado en el que sólo viaja una unidad.
Lleva un motor de 571 CV y una caja de cambios automática «AMG SPEEDSHIFT DCT 7» de doble embrague. Tiene siete velocidades, cuatro modos de funcionamiento («Controlled Efficiency», «Sport», «S+» y «Manual») y una función denominada «Race Start» que sirve para salir desde parado con la máxima aceleración.
Mercedes-Benz ha hecho con el SLS AMG un coche que por sus cualidades dinámicas puede competir con otros vehículos como el Porsche 911 Turbo o el Nissan GT-R.
El SLS AMG es el vehículo que más acelera de toda la gama AMG de Mercedes-Benz. No obstante, lo que más le distingue de esos modelos es que es un auténtico deportivo, no un coche muy rápido con el que se pueden recorrer largas distancias y sintiendo poco el paso de los kilómetros.En las zonas rápidas el SLS transmite sensación de aplomo y las curvas las afronta como un pequeño deportivo. La mayor dificultad de conducción se da en las curvas lentas y deslizantes. Como es muy potente y sólo tiene un eje motriz el conductor debe emplearse en dosificar el acelerador si quiere conseguir una aceleración longitudinal grande. Si se desconecta el control de estabilidad (que tiene dos modos de ajuste, «normal» y «deportivo») es fácil hacer que las ruedas traseras no sean capaces de transmitir la potencia al suelo y el coche se cruce. Algunos de sus competidores con tracción total pueden dar más aceleración a la salida de las curvas lentas y son más fáciles de conducir porque siguen mejor la trayectoria que marca el volante.
Puede ser un coche incómodo para un uso diario (no lo he probado detenidamente) por la dureza de la suspensión y por el ruido que hace el motor, casi ensordecedor cuando se acelera con decisión. Las proporciones y peculiaridades de su carrocería también dificultan la facilidad de uso diario; la salida y entrada del habitáculo es incómoda incluso para personas ágiles. Sus puertas se abren de abajo hacia arriba, van articuladas en el techo (Mercedes-Benz las denomina “alas de gaviota”).
Un detalle de su carrocería es que lleva un alerón en la parte posterior que se despliega de forma automática a partir de 120 km/h para incrementar la estabilidad, según Mercedes-Benz.El equipamiento del SLS AMG es extenso tal y como viene de serie e incluye elementos opcionales que no son del todo frecuentes en vehículos de este tipo, como una cámara trasera de ayuda al aparcamiento. Opcionalmente puede completarse con un equipo de sonido desarrollado por Bang&Olufsen, unos frenos cerámicos desarrollados por AMG, un paquete de varias piezas de fibra de carbono tanto para el habitáculo como para el exterior (espejos retrovisores y capó) o diferentes tapicerías de cuero. La opción más cara que puede tener es una pintura para la carrocería denominada «Plata Alubeam» y que tiene un coste de 14.383 €.
EL SLS es el primer deportivo desarrollado enteramente por AMG, especialista en preparaciones deportivas de diferentes modelos de Mercedes-Benz.
Según la marca, el SLS AMG se inspira en el Mercedes-Benz 300 SL que estuvo a la venta entre 1954 y 1963. Era conocido como «Alas de gaviota» por la forma en la que se abrían las puertas, muy similar a la del SLS AMG.
HABITACULO
El Mercedes-Benz SLS AMG es de una calidad exquisita. A diferencia de lo habitual en la mayor parte de los coches, el interior del SLS AMG tiene muchos detalles y recubrimientos de metal en lugar de plástico. Todo ajusta perfectamente y tiene el acabado de las mejores berlinas de lujo, sin el aspecto recargado de algunas de ellas. Opcionalmente, algunas partes pueden estar recubiertas de fibra de carbono, lo que le da un cierto aspecto de vehículo de competición, pero le resta elegancia.
El mando exterior de apertura está ubicado en una posición centrada y en la parte baja de la puerta; hay que doblar el tronco para manipularlo.
El acceso al habitáculo es un poco complicado. El exterior y los asientos están separados por el umbral de la puerta, que va colocado a una altura elevada (imagen). Por su posición, para entrar y sobre todo para salir del interior, los ocupantes deben apoyar ahí las piernas para conseguir el impulso necesario.
Mercedes-Benz afirma que una ventaja de estas puertas es que necesitan menos espacio lateral para abrirse que unas convencionales. Para mí tienen ciertas desventajas prácticas. Cuando los ocupantes están en sus asientos y las puertas abiertas, los tiradores no quedan a su alcance (imagen). Para llegar a ellos hay que estirar completamente el brazo y levantar el cuerpo del asiento.
Hay una inscripción que pone «6.3», haciendo referencia a la cilindrada del motor. Se encuentra en los laterales de la carrocería, entre las dos molduras decorativas de las entradas de aire hacia el motor.
Como homenaje a los modelos de Mercedes-Benz de los años 60 y 70, las salidas del sistema de climatización son redondas (de metal) y llevan los reguladores del flujo de aire en forma de cruz (imagen).
Tiene asientos de cuero de diseño deportivo con reglaje eléctrico, memoria en tres posiciones diferentes y calefacción. Es posible elegir unos asientos tipo bacquet, con ciertas semejanzas a los que tienen los vehículos de competición.
El volante es plano en su parte baja y lleva levas para subir y bajar de marcha. Además, tiene varios botones desde los que se puede manejar el equipo de sonido, el navegador y el teléfono. Los pedales son de metal con inserciones de goma.
El cuadro de instrumentos tiene dos grandes esferas de color plata con las agujas en rojo. El velocímetro está graduado hasta 360 km/h, a pesar de que el coche tiene limitada electrónicamente la velocidad máxima a 317 km/h.
La guantera tiene una capacidad de 3,7 l, que es muy poco. Hay un espacio portagafas en la zona del acompañante y huecos para depositar objetos en el reposabrazos central y tras los respaldos de los asientos. Entre éstos hay una pequeña bolsa en la que también se puede guardar algún objeto de pequeño tamaño. El maletero tiene una capacidad de 176 l.
TECNICA
Mecánicamente, el SLS AMG es diferente a cualquier otro cupé de Mercedes-Benz, incluido el SLR Roadster. Una característica que comparte con éste es que lleva el motor enteramente por detrás del eje delantero y por delante del habitáculo (imagen).
El motor es un ocho cilindros en «V» a 90º. Tiene 6.208 cm³ y da 571 CV a 6.800 rpm (el régimen de giro máximo es 7.200 rpm). Es atmosférico, de inyección indirecta. Está montado a mano por un único trabajador. Está derivado del que tienen algunos Mercedes-Benz preparados por AMG, como el SL 63 AMG (525 CV), el E 63 AMG (514 CV), el ML 63 AMG (510 CV), el CLK 63 AMG (481 CV) y el C 63 AMG (467 CV).
La lubricación es por cárter seco, que evita problemas cuando hay una fuerte aceleración lateral y permite, respecto a un motor con cárter húmedo, colocar el motor en una posición más cercana al suelo. Esto reduce la altura del centro de gravedad del coche. El depósito del aceite tiene una capacidad de 5 l, mientras que en todo el circuito hay 13,5 l. El caudal máximo de la bomba es 700 l/min. Hay dos radiadores para enfriar el aceite, están colocados por delante de las ruedas delanteras, cada uno con un ventilador.
El motor pesa 205 kg (el V8 del BMW M3 pesa 202 kg). Los pistones son forjados, no de aleación. Según Mercedes-Benz, esto permite un ahorro de 0,5 kg (contando los ocho). El cárter del cigüeñal y diversos tornillos son de aluminio (4 kg y 0,6 kg menos respectivamente respecto a unos de acero). El bloque y las culatas son de una aleación de aluminio y silicio (AlSi7 y AlSi17).Todos los árboles de levas pueden ajustarse en un margen de 42º de forma electrohidráulica. Las 16 válvulas de admisión tienen 40 mm de diámetro; las de escape 34 mm. El colector de admisión es de magnesio.
La unidad de control del motor (Bosch ME 9.7) también regula el funcionamiento del alternador. Normalmente, aprovecha las fases de deceleración para recargar la batería.
El motor va unido de manera solidaria a la caja de cambios, que está colocada junto al eje trasero, por una estructura de metal (imagen), dentro de la cual está el árbol de transmisión. Éste está fabricado en fibra de carbono.
El diferencial trasero es de deslizamiento limitado. El control de estabilidad («ESP») es desconectable y tiene dos modos de funcionamiento: «ON» (normal) y «Sport» (deportivo).
La suspensión es independiente de paralelogramo deformable en ambos ejes, formados mediante triángulos superpuestos. Los discos de freno son cerámicos y, según Mercedes-Benz, pesan un 40% menos que unos convencionales.
Los neumáticos, especialmente desarrollados para el SLS AMG, son de medidas 265/35 R 19 en el eje delantero y 295/30 R 20 en el trasero. La dirección es asistida, variable en función de la velocidad.
El SLS AMG alcanza 317 km/h de velocidad máxima y acelera de 0 a 100 km/h en 3,8 s. Su velocidad máxima no es muy alta para la potencia que da el motor, en parte porque está limitada voluntariamente por el fabricante. Modelos como el Ferrari 612 Scaglietti F1 (540 CV), el Lamborghini Gallardo LP560-4 (560 CV) o el Porsche 911 GT2 (530 CV) tienen una velocidad punta superior (sin limitar) con motores algo menos potentes (ficha comparativa).Pesa 1.695 kg (el 47% del peso recae sobre el eje delantero y el 53% restante sobre el trasero), que no es mucho para un cupé de este tamaño. El Aston Martin DBS, el BMW M6 o el Ferrari 599 GTB Fiorano son algo más pesados. Es posible que una de las razones por la que el SLS no es muy pesado sea que está fabricado en aluminio (la carrocería y el chasis, de tipo monocasco).
Consume 13,2 l/100 km, menos que el Gallardo LP560-4 y el 612 Scaglietti F1, aunque algo más que el Porsche 911 GT2 (ficha comparativa). Curiosamente es más ligero que el Mercedes-Benz SLR McLaren que estaba fabricado en aluminio y fibra de carbono.
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